La Azzurra está en problemas y aún no pudo ganar tras la final de Berlín
Henry festeja el segundo gol de Francia con Malouda
ROMA -- La noche mágica de Berlín está apenas detrás de la esquina, pero la fiesta de la Azzurra se acabó definitivamente. En París, la Selección de Francia tuvo su pequeña revancha al vencer por 3 a 1 su similar de Italia, y sobretodo al dominar ampliamente y, por momentos, de manera casi humillante, ante el entusiasta "olé" de su público.
Claro, la Copa está en Italia y ahí quedará para otros 4 años, pero el entrenador Roberto Donadoni y sobretodo los jugadores deben convencerse que el triunfo ha quedado archivado y ahora hay que ir por nuevas satisfacciones. Por lo pronto, la clasificación para la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza ha quedado muy comprometida.
La derrota ante Francia es hija de varias circunstancias: por un lado las diferencias físicas fueron notorias y en este nivel llegar siempre primero a todos los cruces evidentemente entrega una ventaja demasiado grande.
Por otra parte, el arbitraje fue realmente insuficiente y los muchachos de Roberto Donadoni se encontraron abajo en el marcador luego de apenas 60 segundos por un gol viciado por una clarísima posición adelantada. Además, cuando el marcador estaba 2 a 1 e Italia estaba en su mejor momento, hubo un penal solar sobre Semioli que no fue cobrado y que hubiera podido torcer el destino.
Pero la verdad es que Donadoni no acierta una: otra vez erró la alineación inicial, otra vez no supo descifrar los enigmas tácticos propuestos por el mucho más experto Domenech, otra vez no supo reaccionar sobre la marcha encontrando los cambios precisos para, por lo menos, limitar los daños.
Pobre Donadoni: con un campeonato que aún no arrancó, con los campeones del Mundo que no logran llegar a los niveles de tensión agonística del Mundial, con los nuevos que parecen asustados y sienten el peso de las cuatro estrellitas sobre la camiseta y con él que también necesita hacer experiencia, lo peor que podía pasarle era encontrarse justamente con Francia, como visitante, en el primer compromiso serio de su gestión.
APRENDER DE LOS ERRORES
Donadoni, para salir adelante, debe aprender de sus errores. Decíamos arriba del once que bajó a la cancha: bueno, si nadie puede reprocharle haber querido pasar al 4-4-2, más sólido y seguro, el error más evidente fue la presencia de Semioli en la posición de alero derecho. El joven del Chievo nunca jugó partidos de esa envergadura y, obviamente, sintió la emoción y jugó realmente muy mal, con errores hasta en las entregas más elementales.
Además, Donadoni pensaba que Francia iba a jugar con el 4-4-2 también, pero Domenech le propuso un 4-2-3-1 con dos aleros - Gouvou y Maluda - muy abiertos y Ribery en la función de Zidane. En esos primeros 15 minutos Italia no entendió nada y sufrió dos goles, más allá de que el primero fuese viciado por off side, como quedó dicho, y que en el segundo una desafortunada desviación de Cannavaro, en el afán de cerrarle el remate a Henry, acabara engañando a Buffon.
Esquema a parte, todos sabíamos que había gran diferencia de preparación física y que los franceses iban a hacerse fuertes por los laterales. Entonces hubiera sido mucho más prudente dejarlo a Oddo en la cancha y ponerlo a Zambrotta como alero, mientras que por el otro lado quizá no hubiera sido equivocada la presencia de Chiellini, más joven y fresco que Grosso.
Mismo discurso para el medio. Gattuso y Pirlo ya habían corrido muchísimo ante Lituania: en este caso, ante una pareja "muscular" como la formada por Makelele y Vieirá, con el agregado de Ribery que se movía muchísimo como enganche, sufrieron terriblemente y nunca pudieron garantizar quite y dominio de la pelota.
Si a eso le sumamos que Perrotta y Cassano estuvieron prácticamente ausentes, resulta bastante claro que Italia hasta la sacó barata, gracias a una tarea bastante aceptable de los dos centrales defensivos y de Buffón, varias veces decisivo.
Por encima, Francia confirmó sufrir las jugadas de pelota detenida y así llegó el descuento de Gilardino, que pareció poder reabrir el partido. En efecto, el final de la primera etapa fue el mejor momento de Italia, que hasta pudo haber empatado y que se vio negar un penal clarísimo cuando Semioli, en la boca del arco, estaba a punto de igualar el marcador.
EL DERRUMBE DEL COMPLEMENTO
Un entrenador más navegado habría entendido que su equipo había hecho un buen negocio en la primera etapa y hubiese metido los cambios enseguida para tratar de darle más solidez al equipo, máxime considerando que en el complemento las diferencias físicas, inevitablemente, se volverían más notorias.
Nada de todo eso: cuando vimos el equipo regresar a la cancha sin cambios, ni siquiera el de Semioli que estaba realmente "cantado", supimos que eso acabaría con un papelón.
En efecto, en el complemento la selección italiana se derrumbó literalmente, al punto de que el tercer tanto fue responsabilidad del mejor defensor del mundo, Fabio Cannavaro, quien llegó tarde y se dejó ganar en el saltó por Gouvou en ocasión de un pelotazo frontal, de aquellos que hacen enojar a los entrenadores porque siempre (o casi...) son "pan comido" para los centrales defensivos.
Por encima, cuando Donandoni se decidió a sacarlo a Semioli - pero ya los volantes habían entregado las últimas reservas energéticas - su reemplazarte fue Di Michele, otro casi debutante y por encima un delantero, una elección cuanto menos presumida vistas las circunstancias. También ingresó Inzaghi por Cassano y, sobre el final De Rossi por Gilardino, pero el partido estaba ampliamente sentenciado.
Nunca tendremos la prueba, pero nuestra opinión es que si Donandoni hubiera puesto a Oddo por Semioli, De Rossi por Perrotta e Inzaghi por Cassano en el entretiempo, posiblemente la segunda etapa hubiera sido mucho más equilibrada y por lo menos la derrota menos aplastante.
En cambio, los primeros 25 minutos del complemento fueron una aluvión, y si el partido no terminó en goleada fue por cierta suponencia de los franceses luego del 3 a 1 y, como quedó dicho, por la buena tarea de Barzagli, Cannavaro - error a parte - y Buffón.
TRABAJO Y JUGADORES
¿Cómo se sale de este entuerto? Bueno, ya dijimos que los próximos compromisos (Italia vs. Ucrania en Roma el 7 de octubre y cuatro días después Georgia vs. Italia) encontrarán a los protagonistas con un mes más de fútbol en las piernas, y entonces ya no debería haber problemas físicos.
Por otra parte, se tratará de partidos con la presión psicológica debida a la obligación de ganar, y entonces harán falta los jugadores más experimentados: esta selección, por ahora, no puede prescindir de Nesta, Camoranesi, Totti, Toni y Del Piero. También para los "nuevos" - Cassano no puede ser descartado por una mala noche - será más fácil ingresar en un equipo más sólido y mejor estructurado.
Lo bueno es que lo peor, supuestamente, ya pasó: ahora hay 35 días para que los jugadores lleguen a una condición física aceptable y para que Donadoni estudie con cuidado la manera de salir a flote. Si eso puede consolarlo, también Trapattoni arrancó con un punto en los dos primeros partidos de las Eliminatorias europeas de Portugal 2004 y luego logró clasificarse, inclusive en la primera posición, evitando el desempate.
Bueno pues yo encuentro decepcionante la actuacion de la azurra en la eliminatoria rumbo a austria suiza, ya que no ha ganado ni un solo partido, creo que nisiquiera empatado. siento que seria decepcionante para toda italia de que la seleccion no clasificara a la eurocopa fuera de que es la actual campeona del mundo. yo digo que Donadoni debe ponerse las pilas o perdera su trabajo.
esta es mi opinion acerca de la crisis que esta viviendo la azurra en la eliminatoria rumbo a la eurocopa 2008
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