Thursday, October 12, 2006

Crisis Superada


En fútbol hay dos clases de triunfos: de los buenos, aquellos conseguidos a través de grandes actuaciones colectivas e individuales, y de los útiles, es decir esas victorias que sirven para enderezar una situación comprometida o que permiten cerrar un capítulo complicado en la historia de un equipo.

No hay dudas de que el triunfo por 3 a 1 conseguido por Italia en Georgia, en el marco del Grupo B de las eliminatorias para la Eurocopa 2008, pertenezca a esa segunda categoría: los goles de Daniele De Rossi, Mauro Camoranesi y Simone Perrotta no coronaron un gran partido de la Azzurra pero sí sirvieron para dejar atrás el mal momento vivido en el comienzo de la etapa liderada por Roberto Donadoni, luego del triunfo mundialista de Berlín.

Por encima, los resultados de los demás partidos del grupo le echaron una mano de ayuda a la Azzurra, sobretodo el éxito de Ucrania ante los líderes de Escocia: de esta manera, Italia vuelve a estar en carrera para una de las dos plazas disponibles para la competición continental en programa en Austria y Suiza a mediados del 2008.

Los efectos benéficos del éxito, sin embargo, no se notaron tan sólo en la tabla de posiciones, sino que también se reflejaron a partir de una evidente mejoría del nivel futbolístico del equipo y de una mejor actitud de los jugadores: en otras palabras, la crisis vivida luego del Mundial, que tuvo su punto de máxima intensidad en la derrota sufrida en París ante Francia, está ahora completamente superada.


ESQUEMA NOVEDOSO
Una vez más, Donadoni sorprendió a todos con el once que bajó en la cancha en Tbilisi, capital de Georgia. No tanto por lo nombres de los interpretes, más o menos los mismos que todos los analistas habían anticipado en los diarios de la mañana, sino por el esquema táctico según el cual estuvieron dispuestos en la cancha.

En efecto, el entrenador eligió un 4-1-4-1 con Daniele De Rossi parado justo delante de los dos centrales defensivos, Nesta y Cannavaro, una línea de cuatro volantes detrás del único delantero Luca Toni con Pirlo y Perrotta centrales y Camoranesi y Di Natale externos, llamados a colaborar con las subidas de los externos defensivos, Oddo y Zambrotta.

Ese nuevo sistema mostró aspectos positivos y otros negativos. Entre los primeros, nos parece fundamental rescatar la demostración de personalidad del entrenador, que comienza paulatinamente a alejarse de la "época Lippi" para virar hacia sistemas más "propios". No estamos aún al 3-5-2 que es su marca de fábrica, pero vale la actitud de haber propuesto una novedad táctica importante, como primer paso hacia la "independencia" intelectual total.

También hay que decir que, con ese esquema, De Rossi estuvo al centro del juego, tarea de la cual el volante se hizo cargo con buena voluntad y excelente resultados. Por últimos, vale señalar que con esa disposición sobre el terreno de juego la defensa estuvo mucho más protegida.

En la columna del "deber" quedaron varias cosas también. La principal es que así Andrea Pirlo pierde protagonismo y se vuelve prácticamente inútil, puesto que la función de volante tradicional podría ser cumplida con más provecho por otro hombre, mientras que el talentoso armador del Milan perdió contacto con la pelota y no puedo encontrar la posición casi nunca.

Algo parecido pasó con Di Natale, demasiado marginado del juego en su posición recostada sobre el carril izquierdo, con la lógica consecuencia de un aislamiento excesivo e innecesario de Toni adelante.

EL PARTIDO
De hecho, los 90 minutos de juego confirmaron todo esto. Italia casi no sufrió atrás, pero por toda la primera hora de juego tuvo enormes problemas para construir jugadas de riesgo: los hombres estaban afuera de sus posiciones naturales y los pases se erraban más por eso que por falta de precisión de los ejecutores.


EFE
Italia sumó tres puntos claves rumbo a la Euro
Para peor, la pelota parecía muy liviana y "bailarina": volaba demasiado, no tomaba la comba en los lanzamientos largos y, con la complicidad del terreno empapado por la lluvia, picaba de manera imprevisible, como si tuviese un conejo adentro.

Así, el comienzo fue equilibrado: los georgianos se movían con toques cortos de manera muy compacta, pero sin arriesgar mucho en la ofensiva, y los italianos, obligados al pelotazo largo por la presencia de la torre Toni ahí adelante, no lograban hilvanar jugadas asociadas.

La pelota cumplió con su cometido (la preferencia de la FIFA para ese tipo de balón se justifica por la mayor cantidad de goles): en efecto, el disparo de De Rossi, potente pero central, no parecía implicar mayores riesgos para el arquero, pero picó justo delante de Lomaia y lo engañó. Fue más un "pato" del guardavalla que un golazo.

De la misma manera llegó el empate de los locales, un remate de zurda de Shashiasvili que se coló justito a lado del palo derecho de Buffón: el balón sorprendió con una trayectoria "viboreante" - perdonen el neologismo - que el arquero italiano no supo leer.

Luego Toni tuvo una ocasión clarísima para la ventaja - increíble error en quizá la única jugada digna de ese nombre - pero sobre el final de la etapa Khizaneishvili estampó sobre el palo un remate casi "fotocopia" del gol.

En el complemento no hubo cambios, ni de nombres ni de juego, hasta que se llegó al fatídico punto de inflexión del partido: justo a la hora de juego Kankava vio la segunda amarilla (en efecto los locales habían pegado mucho) y dejó su equipo en inferioridad numérica.

No podría decirse que eso fue decisivo respecto a la ventaja italiana, que llegó apenas un minuto después: Pirlo se fue muy bien por izquierda, lo habilitó en profundidad por el mismo costado a Di Natale, quien llegó al fondo, levantó la cabeza y metió el centro justo en el punto del penal. Camoranesi, que cortaba a la carrera desde la derecha, cabeceó muy bien, esquinado y abajo, dejando sin chances a Lomaia.

La superioridad numérica fue fundamental después, porque Italia no tuvo problemas para defender la ventaja y hasta la incrementó. Esta vez fue Zambrotta quien se fue por izquierda hasta el fondo, y el centro otra vez lo encontró a Camoranesi, casi en la misma posición que antes. Sin embargo, si bien cualquiera hubiera rematado en esa condición, el italo argentino lo vio a Perrotta solo en el punto del penal y lo habilitó de volea: para su compañero fue un juego de niños anotar el tercero, máxime contando con la complicidad de la desviación de un defensor.

EL FUTURO
En conclusión, el triunfo fue realmente muy importante, porque el discurso clasificación está abierto y se superaron las dificultades iniciales.

Por otra parte, esperemos que Donadoni haya sabido sacarles provecho a los problemas que tuvo. Por un lado, el entrenador sale reforzado de esa mala experiencia, porque se ganó el respeto de jugadores y público, y por el otro suponemos que haya aprendido cosas fundamentales en estas largas semanas.

Ahora, en noviembre, Donadoni tendrá la única ocasión que le presenta el fixture para un amistoso, porque luego se jugará siempre por los puntos. Es de esperar que el entrenador no la desaproveche llamando "segundas líneas", porque con los 25 convocados en esta ocasión - sin olvidarse de Gilardino y Cassano, quienes quedaron en casa pero pertenecen con todo derecho al grupo base del equipo - hay de sobra y no se necesitan más nombres.

Por el contrario, sería bueno que el joven técnico aprovechara la ocasión para avanzar con los cambios tácticos que tiene en mente: una vez encontrado el plantel, ahora hay que "adiestrarlo" a los movimientos y esquemas propios del nuevo conductor, algo que sería muy peligroso hacer en compromisos oficiales o sin un tiempo largo para estar juntos a ensayar, como pasa en un Mundial o una Eurocopa.

Con el triunfo en Georgia, Italia cerró el momento difícil tras el Mundial, muy bien porque el equipo azurro ya estaba decepcionando y estaba haciendo que olvidaran el reciente titulo mundial. ademas de que la aficion empezo a dudar de donandoni. bueno pues esta es mi opinion acerca de la crisis que acaba de superar la seleccion italiana.

Me despido


This Is A Fever You Can't Sweat Out

[RATUM]

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